Conocí a Araceli cuando intentábamos escribir poesía. Ese momento doloroso e intenso, fue el descubrimiento de textos maravillosos escritos por poetas que nos deslumbraron –y nos deslumbran. Con el paso del tiempo, nuestros caminos tomaron rumbos diferentes: ella se fue a vivir a los Estados Unidos, yo regresé de allí.
En el camino, publicó “Versos sin precaución”, algunos de esos textos los vi nacer. Ahora que lo he releído, me ha hecho sonreír aquel poema titulado “Si tienes a un hombre barbudo entre tus brazos” y me ha llevado a aquel momento de nostalgia. La poesía de Araceli es cotidiana y sencilla; transparente y sin mucho aspaviento nos habla del amor, de su amor.
Personalmente, me gustan sus grafittis, lúdicos, económicos y redondos. Después de tanto tiempo transcurrido, espero otro libro que celebre aquellos años de increíble descubrimiento. Victoria Guerrero.